Estreno liguero
en casa del Granada CF y primer derbi andaluz de la temporada. A los Carmenes
llegaban dos equipos con diferentes tendencias. El Sevilla llegaba de ganar en
casa frente al Getafe, se puso con un 2 arriba con poco juego, y se relajo, y
casi le cuesta el partido cuando el Getafe puso el 2-1 final pero tuvo
infinidad de ocasiones para empatar. En cambio el Granada llegaba de la derrota
de Vallecas donde fue mejor, pero la falta final les privó de sumar.
Anquela desechó
el tan criticado trivote. Lucena se caía del once para la entrada de Jaime, que
entraba para ayudar a Siqueira para detener el mayor peligro sevillista, Navas
y Cicinho.
El partido ha
sido un partido que recordaba al del año pasado, con continuos ataques. Los
primero compases han sido para el Sevilla, posesión para el Granada, pero las
contras eran para el Sevilla, que con Navas a la cabeza ha hecho unas entradas
peligrosas.
Con el paso del tiempo
el Granada se asentaba en el campo. Atacaba con tranquilidad y con algo de
orden, dentro del desorden que tenía el partido y entonces llegaban las mejores
ocasiones. Muy participativo en especial Floro Flores, que se movía por la
parcela atacante, no tan estático y errático como en Vallecas.
Así llego la
jugada clave del partido. Un pase entre líneas de Orellana, que Floro tocaba
para superar a Diego López que lo derribaba. Penalti y expulsión. Palop
despejaría el penalti de Siqueira, pero Mikel al rechace hacía el gol. Casi 60
minutos por delante y con un jugador más.
Los siguientes
compases del Granada fueron los mejores. Pudieron caer tres goles, sobre todo
en una jugada de Jaime que no pudo enchufar Floro. Pero solo duró 8 minutos,
una contra rematada en dos ocasiones por Negredo ponía el definitivo 1-1 en el
marcador. Los últimos cinco minutos fueron obtusos y malos en cuanto juego.
El Granada se
marchaba al descanso con 1-1 en el marcador, pero con un jugador más y la
sensación de tener el partido en sus manos. Pero en la reanudación cambio por
completo el partido.
El Granada seguía
con el peligro y la posesión en la segunda parte, pero al igual que dije que el
planteamiento de Anquela, aunque no fuera vistoso, si fue bien ejecutado en
Vallecas contra el Sevilla se equivocó. Es que el equipo pecó de errores tácticos
que tuvimos en el pasado con Abel Resinos. El Sevilla estaba encerrado, solo
Negredo arriba y las subidas en velocidad de Navas creaban peligro, así lo sabía
Michel, y así les digo a los suyos, balones rápidos y a las bandas.
Cuando tienes la
superioridad numérica, y la posesión, lo mejor que se puede hacer es tener
paciencia, mover al rival. Están en inferioridad y con paciencia se crearan
espacios. Esto se consigue teniendo la posesión y abriendo el campo. No hay que
confundir la tranquilidad y paciencia en el ataque con la lentitud. Hoy el
Granada se ha equivocado, y principalmente Anquela a la hora de ir a por el
partido. Ha ido acumulando jugadores arriba. Primero ha quitado a Jaime, que
pese a no hacer un buen partido abría el campo por la banda. La entrada de
Torje ha hecho que nos juntáramos más aun por el centro del ataque. Luego ha
sacado a un desaparecido El Arabi, para meter a Machis, otra punta. Y ha
terminado sacando a Iriney por Juanma Ortiz. Que pese abrir algo más el campo y
dar algo de tranquilidad, no ha sido capaz de desbordar ni una sola vez a su
marca.
Cuando se
acumulan jugadores en una parcela pierdes toda la superioridad, pierdes los
espacios. El Sevilla ha terminado asegurando el empate. El Granada no ha sabido
ganar el partido. Un centro del campo solo con Mikel, sin circulación, donde la
mayoría de balones acababan colgados al área, donde se acumulaban Orellana,
Machis, Floro, Torje y no dejaban espacio para encontrar.
Pese a todo, el
Granada ha dispuesto de cuatro muy buenas ocasiones, una de Nyom que ha mandado
flojo a las manos, dos de Machis de cabeza que se fueron fuera, y la más clara
sobre la bocina que Floro remataba de cabeza al palo.
Al final empate
a uno. El Granada deja sensación de que tiene jugadores de mucha calidad, pero
aun están lejos de ser un equipo. Sigue habiendo mucho hueco entre la zona
defensiva y la ofensiva. Hace falta un medio que le de pausa y criterio al
juego del equipo, pero si los jugadores de arriba no empiezan a entenderse no
van a poder siempre tirar de calidad.
Ante la falta de
este jugador que le de pausa al juego, debe ser el mister el que de las ideas
cuando sus jugadores no las ven, y eso
no se consigue acumulando jugadores arriba.
Por suerte y como
en la mítica película de Clark Gable –Lo que
el viento se llevó- "Al fin y
al cabo, mañana será otro día"