El Granada CF da
muestras de ser un barco a la deriva. Un gran barco, bueno y bonito, pero a la
deriva. Contra el Zaragoza hemos visto
un Granada apagado, sin un líder que lo comande. Todos los equipos se mueven
alrededor de su capitán, en la mayoría de los casos, son ese jugador distinto a
los demás, que es capaz de mover al equipo, de darle pausa. Jugadores
inteligentes, esos que leen el partido unos segundos antes de que pase.
El año pasado el
Granada tenía a un intermitente Martins, desaparecido en gran parte del
encuentro, pero cuando estaba el equipo lo notaba y sabía que debía hacer. Este
año se ha perdido la figura del líder. Mikel e Iriney son dos trabajadores, son
los que deben hacer fácil el trabajo, pero no tienen la calidad para tomar el
control. Este año se le ha intentado dar esa batuta a otros jugadores llamados
a ser importantes.
Orellana parecía ser el
indicado, conocía la ciudad, llegaba de un magnifico año en Vigo y una gran
pretemporada. Pero no deja de ser un jugador con gran desborde y muy bueno en
la zona de arriba. Demasiado apagado para tirar del equipo.
El Arabi, parece que
últimamente esta cogiendo un gran peso en el equipo, sobre todo ahora que
empieza a jugar de 9. Pero cuando Anquela quiso que fuera el motor de este
equipo desde la media punta o desde la banda fracasó.
Brahimi es el último
experimento, puede ser el más parecido al Martins del año pasado. Es un jugador
eléctrico y de regate endiablado, pero abusa en exceso de la conducción, y en
ocasiones sus quiebros en la medular ponen en serio peligro a la zaga.
Veremos si con la
vuelta de Yebda y sobre todo Fran Rico, el Granada vuelve a tener ese jugador
sobre el que girar. Saber que cuando algo no marcha bien, siempre estará ahí
para recibir el balón y sacarte del atolladero.
Otros equipos no tienen
ese líder en el campo. Son equipos aguerridos y muy bien trabajados, pero la
figura del líder nunca puede faltar. Hasta el barco más pequeño necesita de un
capitán que los guíe entre la tempestad. Es ahí cuando surge la figura del
entrenador. Como en todas las facetas de la vida, ante la falta de calidad hay
que suplirla con trabajo. Y entrenadores como Caparros o Bielsa encarnan este
modelo de líderes.
Espero equivocarme,
porque con el fichaje a principios de temporada era muy optimista. Pero salvo
el partido de Vallecas, Anquela no me ha enseñado nada. Cuando tu equipo no
sabe a que jugar, debes ser tú el que lo haga. Y una de dos, o Anquela no sabe
a que jugar con el Granada CF, o no sabe transmitírselo, que en ambos casos me
parece fallo del mister.
Durante los partidos no
se le deja de ver corregir a sus jugadores, pero llevamos 8 jornadas, y creo
que nadie puede decir a que juega el equipo. No hay una gran presión como con
Abel, o una buena defensa, y mejor contra como con Fabri.
Contra el Zaragoza, se
ha vuelto a ver un equipo sin alma. Se ha encontrado un gol en los primero
minutos y no ha sabido como reaccionar. El Zaragoza, un equipo ramplón en lo
que iba de liga, ha sido muy superior al Granada. Hemos perdido nuestras señas,
incluso la defensa que ha sido un gran baluarte en los últimos años, lleva unas
semanas pidiendo un cambio, veremos si Anquela es capaz de romper su pareja de
Alcorcón. El cual ha estado muy errado bajo mi opinión con los cambios. Primero
no metiendo a Brayan en su banda natural y forzando a Juanma Ortiz. Y sobre
todo con el cambio de Torje, que se ha ido bajo el abucheo de la grada, pero a
diferencia de hace unas semanas, en protesta por el cambio, por el que hasta
entonces estaba siendo casi el único salvable de la quema.
El Granada CF, es un
gran barco a la deriva por el océano. Aun no se ha hundido, porque es un gran
barco, pero si alguien no toma los mandos, acabará encallando o hundiendo. Que
los resultados no nos cieguen los ojos y pensemos que tenemos un mal equipo. Al
igual que las victorias no nos deslumbren con aires de grandeza. Estamos a
tiempo, pero este equipo debe encontrar a su líder, ya sea dentro o fuera. Debe
encontrar sus señas, debe saber cuales son sus mejores bazas y explotarlas.
Esperemos que pronto den con el atino, hay tiempo para arreglarlo, pero el
tiempo que pase, ya no se podrá recuperar.
Dentro o fuera,
necesitamos un líder que nos guíe el camino, que nos de personalidad y
carácter, sea sobre el verde, o de chaqueta en la banda.
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